martes, 9 de junio de 2009

Moralidad


La teoría de la evolución se convirtió en lo que el renombrado científico Fred Hoyle llamó “un capítulo abierto a todo tipo de oportunismos”.
Desde luego, la teoría de la evolución es solo una parte del cuadro. Dos guerras mundiales alimentaron la desilusión generalizada que había con la religión. La revolución industrial produjo grandes cambios sociales y morales. Además, la rápida expansión de los medios de comunicación de masas, ha hecho posible exponer a grandes sectores de la población a costumbres morales decadentes.

Poco sorprende, entonces, que muchas personas carezcan de un punto de referencia moral. Van a la deriva como un barco sin timón. Por ejemplo, muchos se suman a la corriente popular del relativismo moral, el punto de vista de que “las verdades éticas dependen de los individuos y grupos que las defienden”.Según la corriente popular, no hay verdades morales absolutas, todo es relativo. “Lo que es malo para usted, puede ser correcto para otro”, afirman los relativistas. Como su indicador moral apunta a toda dirección, están dispuestos a considerar aceptable casi cualquier tipo de conducta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario