domingo, 31 de mayo de 2009

La humildad... una ayuda en tiempo de adversidad

LA HUMILDAD les es sumamente apropiada a las criaturas humanas. Hasta algunos hombres de sabiduría mundana parecen reconocer la realidad de eso.

Así sucede que sir Isaac Newton, uno de los más grandes científicos entre los hombres, declaró: “Si he visto a mayor distancia, fue por estar de pie sobre los hombros de gigantes.” De manera semejante el difunto Dr. Otto Hahn, quien descubrió que el átomo se podía dividir, dijo en su autobiografía: “Al reflexionar en mi larga vida, me doy cuenta de que mi carrera científica se debió en gran parte a una serie de accidentes afortunados.”

La humildad no solo es adecuada, sino que todo la recomienda. De suma importancia es el hecho de que puede ayudar ponernos en la relación correcta con Jehová Dios, pues leemos: “Dios se opone a lo altivos, mas da bondad inmerecida a lo humildes.” (Sant. 4:6) La humildad también contribuye a nuestra propia tranquilidad de ánimo y contentamiento. Y nos ayuda en nuestras relaciones con nuestros semejantes.

Además, la humildad es especialmente útil cuando estamos siendo probados por la adversidad. Los problemas familiares, las ocasiones económicas penosas y el consejo severo quizás sean difíciles de arrostrar. La adversidad también puede presentarse en la forma de oposición que encontramos mientras participamos en el ministerio cristiano, o de persecución severa. Puede incluir alguna injusticia que cometa contra nosotros un presunto amigo. Como veremos, la humildad nos ayudará a aguantar.

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